HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN

Toma posesión del Calvario.

El día 11 de abril de 1885, el Padre Yermo tomó posesión de sus dos pobres Capellanías y se dedicó a ellas con el tesón y constancia que él ponía en todas sus cosas.

El Padre vivía en el centro de la ciudad y el Calvario estaba tan lejos… el camino tan polvoriento y el cerro tan escarpado, que su primera compra fue un caballo, en el que subía y bajaba el cerro dos veces al día.

El Padre se dio de lleno al trabajo. El sabía que en cualquier lugar podía cooperar con Cristo en la extensión de su reino y por esto, lo mismo era trabajar entre alegres multitudes, que en el campo desierto de su Calvario. Allí lo quiere Dios y esto le basta.

Se encuentra con una terrible escena. Un día en que el Padre Yermo, como de costumbre,pasaba por las orillas del río,presenció horrorizado una sangrienta escena que hizo estremecer todas las fibras de su compasivo corazón: dos pequeños niños recién nacidos, eranMdespedazados y devorados por unos cerdos, en las márgenes del río.

El Padre, no podía olvidar aquel tristísimo cuadro que le traía a la mente todas las desgracias de los pobres, y fue para él como una puñalada a su buen y sensible corazón.

El 19 de agosto, dedicado en aquel tiempo a San Alfonso María de Liguori, a quien el Padre tenía especial devoción, por haber sido el Santo muy amante de la Santísima Virgen y de los pobres, quiso celebrarle misa solemne por la mañana y un ejercicio vespertino. Para esto tuvo que pasar todo el día en el Calvario, porque él tenía que hacerlo todo, desde barrer la Iglesia.

Fue en aquella celebración cuando Nuestro Señor le inspiró fundar allí mismo en el Calvario, la proyectada casa de beneficencia en vez de la casa de ejercicios que se estaba construyendo.

El Padre habló con su Obispo, le expuso su plan y le pidió autorización para convertir en asilo, lo que según el primer proyecto era para casa de ejercicios.

Al Sr. Obispo le agradó mucho la idea y autorizó con gusto el nuevo proyecto.

Sin pérdida de tiempo, pensando en llevar una Congregación religiosa, escribió al Padre Fundador de “Las Hermanitas de los Pobres” y algún tiempo después, todo quedó arreglado.

Envió al Padre Le Pailleur el dinero necesario para el pasaje y demás gastos del viaje de cuatro Hermanitas y estando ya todo convenido recibió una carta del Fundador diciéndole que por las circunstancias políticas de México, sus hijas no podrían usar sus hábitos por las calles, y que por tanto no las enviaría. Que el dinero de los viajes quedaba a su disposición.

Esto que al parecer había sido un fracaso, era justamente el punto de partida para el nuevo camino que lo llevaría a realizar los designios de Dios Pensó el Padre Yermo que había de suplir de algún modo a las Hermanitas de los Pobres y esperar la hora de Dios para lograr que fuera alguna otra comunidad.

Hacía tiempo que él dirigía algunas jóvenes que daban señales de vocación religiosa. Desde el mes de agosto había comenzado a hablarles de la llegada de las Hermanitas y de su obra, se entusiasmaron y algunas ya estaban decididas a ingresar en la nueva Congregación del Padre Le Pailleur.

Después de mucho pensarlo le vino la idea de que quizá aunque fuese en una forma imperfecta y provisional, aquellas jóvenes con vocación religiosa y ya decididas, podrían comenzar la obra entre tanto que llegaran algunas religiosas.

Consultó con el Sr. Obispo y contó con su más amplia aprobación.

Habló con aquellas señoritas, sus dirigidas, les expuso claramente el caso y tres de ellas aceptaron.

Los Planes de Dios

Con mucha insistencia, con oportunidad y sin ella el Padre Yermo repite que la Congregación es obra exclusiva de Dios. No toleraba que le llamaran Fundador.

Dice en las Memorias:

“La Sociedad de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, no fue fruto de largas meditaciones por mi parte, sino tan solo de las circunstancias especiales de que Dios Nuestro Señor me rodeó para obligarme a emprenderla. De esto se infiere que es obra totalmente suya, en la que yo no he tenido más parte, que la de haberme dejado guiar por sus indicaciones”. (Memorias, Tomo I, pág. 72)

El Señor fue revelando poco a poco su designio de amor. El Padre Yermo se dejó guiar, supo reconocer en cada acontecimiento y aún en los menores detalles la voluntad de Dios, quefue siempre el faro de su vida. Dice:

“En el momento en que se fundó el Asilo del Calvario en León, tampoco pude sospechar queaquello llegaría a ser una Congregación Religiosa, porque mi objeto por entonces, sólo se reducía a cubrir las necesidades de la localidad, sin pensar en más. Ninguna idea tenía de fundar una comunidad religiosa.

Amaneció el 13 de diciembre de 1885.

Una lluvia abundante y pertinaz no dejó aparecer el sol, como si presagiara la lluvia de gracias que caería sobre la tierra fértil del alma del Fundador y sobre la obra que Dios le confiaba.

Algunas gracias serían de consuelo y alegría, pero muchas más serían de grandes sufrimientos.

La inclemencia del tiempo no logró disminuir el entusiasmo del Padre Yermo.

Radiante de emoción, desde las primeras horas de la mañana se instaló en el Calvario para recibir a las fervorosas jóvenes que no tardaron en llegar, decididas a quedarse, y como dice el Padre, sin saber a qué.

Llegan los 60 primeros pobres

Por la tarde mejoró el tiempo y pudieron llegar los pobres al Calvario conducidos en carretones, por dos buenos vecinos, Don Casimiro Nájera y Don Guadalupe Gazca, quienes ayudaron al Padre Yermo cuanto pudieron.

El Padre y sus colaboradores con el corazón lleno de santa alegría, recibieron a los pobres mostrando el entusiasmo de quien recibe un precioso regalo.

La caridad abría las puertas del Calvario

Aquellos 60 pobres sucios y abandonados, dice el Padre, -eran las primicias del tesoro de la Sociedad.-.

Desde aquel día la casa se llamó: “ASILO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS”.

Instalados en sus respectivos departamentos y separados por sexos, fueron atendidos con esmero por aquellas jóvenes que habían ido allí, ignorando que el Señor las destinaba para echar los cimientos de una Congregación religiosa.